ONTARIO.— "Yo no quiero ir a México nunca más, más, más…. México apesta, apesta, apesta... Hay un policía gordo en la puerta, puerta, puerta."... A ritmo de un juego infantil, decenas de niños desde edad preescolar han popularizado la letra de esta canción que, según padres de familia, es racista y crea efectos negativos en los niños.
De acuerdo con un grupo de padres hispanos de la ciudad de Ontario, por los pasillos de escuelas primarias como Creek View y otros centros educativos de esa ciudad, decenas de niños que van desde los 5 años repiten esta melodía sin que las autoridades educativas hagan algo por corregirlo.
"¿Cómo es posible que los maestros o los supervisores de recreo escuchen esto y se queden con los brazos cruzados? No lo entiendo", apuntó Dora Soloria, una de las madres que afirmó sentirse ofendida por esta melodía, luego de haber escuchado a su hijo repetir la canción mientras jugaba con otra compañera de la escuela.
Cifras del Departamento de Educación de California, indican que esta primaria cuenta con 696 estudiantes en el presente año escolar y de éstos, el 55.3% es de origen hispano, sin embargo, los quejosos afirmaron que esta situación no sólo se repite a nivel primaria, sino que también alcanza escuelas secundarias e incluso pequeños de kindergarten del Distrito Escolar de Mountain View en Ontario, donde el uso de esta melodía se ha popularizado.
"Esa canción tuvo que venir de un adulto, no la pudo inventar un niño. Las palabras son muy ofensivas, hablan de corrupción y atacan directamente a México", indicó Olga Cárdenas, cuyo hijo asiste a la escuela secundaria Grace Yokley, que también pertenece a ese distrito.
Autoridades de la escuela afirmaron no tener conocimiento de que esta situación se esté presentando e indicaron que tanto en los salones como en los momentos de recreo se vigila en todo momento el uso del lenguaje de los niños.
"Este es un distrito donde se fomenta la tolerancia. No tenía idea de que esta situación se estuviera presentando, pero iniciaremos las investigaciones pertinentes para detener de inmediato esta situación", destacó Rick Carr, director del Distrito Escolar Mountain View, quien tiene a su cargo tres escuelas primarias y una secundaria con un total de 9,305 alumnos.
‘Es sólo un juego’Para Cielo, una niña de 7 años cuyos padres son de origen mexicano, la canción representa sólo un juego y no cree que al cantar la melodía esté haciendo daño a nadie.
"Aquí casi todos los niños la cantan, ¡es sólo una canción! A mí sí me gusta ir a México", dijo Cielo, quien cursa el segundo año de primaria.
Sin embargo, de acuerdo con la Asociación Nacional de Psicólogos de California, esta melodía utiliza un sistema de repetición que podría provocar confusión en los niños e incluso problemas de orden racial en el futuro.
"Estudios han demostrado que el racismo es un detonante muy fuerte de la violencia y en una edad tan temprana el daño puede ser profundo. Esta canción es un juego que utiliza el sistema repetitivo y que, aunque parece muy inocente, en realidad su repetición podría crear un patrón de conducta disfuncional e incluso lograr que ese pequeño de origen mexicano crea finalmente que no quiere regresar más a su país o al de sus padres", apuntó la psicóloga Elizabeth López, miembro de la Academia Norteamericana de Psiquiatría del Niño y del Adolescente.
Según López, entre los 3 y 5 años de edad los niños empiezan a entender que la sociedad utiliza la imagen de la gente, junto con lo que tienen y de dónde son, para identificar y separarla y para los 6 ó 7 años de edad, los pequeños tienden a aceptar las características culturales de los padres sin oponer mucha resistencia.
"Pero cuando tenemos tensiones raciales a tan temprana edad, esos niños crecerán con un resentimiento muy grande hacia sus orígenes o hacia otras razas y eso tarde o temprano se reflejará en la sociedad en actos violentos", recalcó.
Victoria Vaca, presidenta del Equipo de Trabajo sobre el Racismo Institucional en la Educación Pública, un comité que vigila 56 distritos escolares de la región que abarca los condados de Riverside y San Bernardino, a la que pertenecen las escuelas de Ontario, afirmó que éste no es un hecho aislado ya que en varios distritos escolares de estos condados los estudiantes de origen mexicano son frecuentemente objeto de burlas e insultos.
"Las escuelas les echan la culpa a los alumnos, los castigan, los expulsan, cuando en realidad es el sistema el que debería ser castigado", opinó Vaca.
Por otra parte, la portavoz de la Oficina para los Padres del LAUSD, que cuenta con el número más alto de estudiantes de origen mexicano afirmó que aunque esta situación no ha llegado a sus aulas, sí han registrado problemas raciales entre pequeñitos que apenas cursan la educación preescolar.
"Tenemos casos de niñitos a los que desde los 4 años les da vergüenza decir que son de México y si en sus propias escuelas escuchan insultos a su país, pues definitivamente ese niño crecerá con un trauma enorme. La obligación de cualquier distrito es fomentar el respeto. Nadie debe permitir que algo así esté sucediendo", dijo Herlinda Donis, presidenta del Corporativo de Padres de Familia del LAUSD.
Según Donis, cuando una situación de orden racial se promueve en las escuelas, los niños más afectados son aquellos que recién acaban de inmigrar a este país.
"Para un alumno que nació aquí una canción como ésa le puede parecer simple, pero no para alguien que apenas acaba de dejar su país y que tiene muchos conflictos", apuntó.
La Academia Norteamericana de Psiquiatría del Niño y del Adolescente indica que los padres pueden ayudar a los niños a enfrentar estas presiones estableciendo una comunicación abierta en la familia en cuanto a razas y aceptar la curiosidad de los pequeños acerca de las diferencias entre países, color de la piel, del tono y textura del pelo.
"Los padres pueden tomar provecho de una situación racial. Algunas investigaciones han demostrado que los niños con una identidad multirracial o multicultural sólida generalmente llegan a crecer más felices que los niños multirraciales, pero con una identidad racial y eso es lo que los padres latinos deben explotar", indicó la psicóloga.
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